El papel de la mujer durante la mayor parte de la humanidad, se ha basado en las labores del hogar y en respaldar las i
deas de su cónyuge, fuesen cuales fuesen, e incluso aunque estuviese totalmente en contra de ellas. La mujer nunca ha tenido voz a la hora de opinar sobre la vida pública, sobre las mejoras para su barrio simplemente o sobre el gobierno de turno del momento.
Los primeros movimientos surgieron durante la revolución francesa, pero poco a poco las voces de las primeras rebeliones feministas fueron acalladas: Olympia de Gouges fue ejecutada por realista en 1793; Théroigne de Méricourt, que fue apaleada por mujeres jacobinas, acabó sus días en un manicomio; Etta Palm desapareció de la escena política en 1794 y las reformas civiles de Napoleón cercenaron definitivamente este incipiente feminismo.
La llegada de la Revolución Industrial fue una época dorada para las primeras feministas que vieron vida más allá de sus casas. Las fábricas necesitaron mano de obra fundamentalmente femenina y atrajeron a extranjeros que cambiaron las férreas costumbres familiares. Así surgieron dos de los focos feministas más importantes: uno en Inglaterra y otro en EEUU, a mediados del S.XIX.
Con estos comienzos lograron facilidades para las mujeres: las mujeres podían cursar estudios en la mayoría de las universidades británicas y americanas; en la década de los noventa se produjo un rápido aumento en el número de mujeres dedicadas a actividades relacionadas con la medicina, la enseñanza y el comercio y se promulgaron nuevas leyes que daban a las mujeres un mayor control sobre sus bienes. En 1903 surgió el primer movimiento sufragista femenino dirigido por Emmeline Pankhurst, al mismo tiempo que se empezaba a alzar la voz a favor del divorcio. Además, las informaciones sobre el control de la natalidad y los métodos anticonceptivos empezaba a surgir tímidamente entre las ciudadanas.
Con todo ello, el voto femenino se fue concediendo en diversos estados de los Estados Unidos (Wyoming, 1869; Utah, 1870; Colorado, 1893; Idaho, 1896) y en Australia (1902) así como en Nueva Zelanda (1893) y en otros países que siguieron el ejemplo: Finlandia (1906), Noruega (1913), Dinamarca e Islandia (1915), Holanda, la Unión Soviética e Inglaterra (1917), Austria, Polonia, Checoslovaquia y Suecia (1918), Estados Unidos (1920), Sudáfrica (1930), España (1931), Brasil (1934), Rumanía (1935), Filipinas (1937). Tras la II Guerra Mundial, además de Francia (1946), el voto femenino sería aprobado en la inmensa mayoría de países
deas de su cónyuge, fuesen cuales fuesen, e incluso aunque estuviese totalmente en contra de ellas. La mujer nunca ha tenido voz a la hora de opinar sobre la vida pública, sobre las mejoras para su barrio simplemente o sobre el gobierno de turno del momento.Los primeros movimientos surgieron durante la revolución francesa, pero poco a poco las voces de las primeras rebeliones feministas fueron acalladas: Olympia de Gouges fue ejecutada por realista en 1793; Théroigne de Méricourt, que fue apaleada por mujeres jacobinas, acabó sus días en un manicomio; Etta Palm desapareció de la escena política en 1794 y las reformas civiles de Napoleón cercenaron definitivamente este incipiente feminismo.
La llegada de la Revolución Industrial fue una época dorada para las primeras feministas que vieron vida más allá de sus casas. Las fábricas necesitaron mano de obra fundamentalmente femenina y atrajeron a extranjeros que cambiaron las férreas costumbres familiares. Así surgieron dos de los focos feministas más importantes: uno en Inglaterra y otro en EEUU, a mediados del S.XIX.
Con estos comienzos lograron facilidades para las mujeres: las mujeres podían cursar estudios en la mayoría de las universidades británicas y americanas; en la década de los noventa se produjo un rápido aumento en el número de mujeres dedicadas a actividades relacionadas con la medicina, la enseñanza y el comercio y se promulgaron nuevas leyes que daban a las mujeres un mayor control sobre sus bienes. En 1903 surgió el primer movimiento sufragista femenino dirigido por Emmeline Pankhurst, al mismo tiempo que se empezaba a alzar la voz a favor del divorcio. Además, las informaciones sobre el control de la natalidad y los métodos anticonceptivos empezaba a surgir tímidamente entre las ciudadanas.
Con todo ello, el voto femenino se fue concediendo en diversos estados de los Estados Unidos (Wyoming, 1869; Utah, 1870; Colorado, 1893; Idaho, 1896) y en Australia (1902) así como en Nueva Zelanda (1893) y en otros países que siguieron el ejemplo: Finlandia (1906), Noruega (1913), Dinamarca e Islandia (1915), Holanda, la Unión Soviética e Inglaterra (1917), Austria, Polonia, Checoslovaquia y Suecia (1918), Estados Unidos (1920), Sudáfrica (1930), España (1931), Brasil (1934), Rumanía (1935), Filipinas (1937). Tras la II Guerra Mundial, además de Francia (1946), el voto femenino sería aprobado en la inmensa mayoría de países
no logro entender esta pagina.
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