Cenizas.

Lo mio fue un amor visceral. Fue un amor sangriento pues sentía sus venas como las propias.
Lo nuestro fue amarnos sin dejar ni un resquicio sin saliva. Ni un solo minuto dejé de desear su cuerpo ni de añorar sus ojos miel de niño pequeño.
No voy a poder olvidar sus manos...esas manos!
Solo me interesa que esté de alguna forma y yo estar en su vida. Me da igual si soy su amante, su amiga o su recuerdo que destapa de vez en cuando.
Recuerdo cada palabra y cada moviemiento y las veces que me dolió tan dentro de mi que lloré durante días todas las lágrimas que había almacenado durante años.
Revivo en la mente los buenos momentos que vivimos y construyo cuentos mientras sonrío por la calle con la música en los oídos y la gente mirándome extrañada.
No sé si todo esto es una locura. Pero sé que algún día todo acabará...Yo me quedaré para siempre a oscuras en mi habitación y no volverá a salir el sol. Él se habrá llevado todos los rayos del día y solo me dejará los truenos de las tormentas de verano que hacen que las carreteras desprendan olor a asfalto...
Aunque siempre queda algo...aunque sean cenizas...

¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué le hago para olvidarte? ¿Cómo le digo a mi cabeza que te tiene que dejar de pensar en ti?
¿Cómo restauro a mi corazón, al que has demolido y ahora tengo que pagar una reforma muy cara para que vuelva a estar como antes...?
¿Me echo a los brazos de cualquiera o espero a un príncipe azul que jamás regresará porque se fue contigo?
Me daré al tequila "jalisco" o quizás le dé mejor a la droga dura de colarme entre otros cuerpos...
Me esfumaré como la ceniza y volaré en uno de tus soplidos cuando te enfadas.
Sé que algún día me iré o quizás te fueras tú hace tiempo ya sin darme cuenta; saliendo a hurtadillas de mi vida.
Pero estoy segura de que al menos en un resquicio de tu memoria estaré formando parte de tu pasado. Mi imagen pendiendo de un hilo para siempre en tus recuerdos...

Cortina de humo.

Volviste, regresaste solo para hacerme daño.
Para romper la tela de una muñeca ya desgastada por las ilusiones perdidas...
Para resquebrajar este corazón hundido por las decepciones y helado por el pasado.
Volviste para recordarme lo infeliz que podías llegar a hacerme. Para hacerme sentir el dolor más fuerte del mundo y para hacerme gritar entre lloros como si la garganta se me fuera a esfumar en cada alarido.
Me hiciste aprender la lección con sangre: No te enamores nunca.
Has convertido para siempre a mis manos en dos rocas que pegan puñetazos al aire y que perdieron por el camino la capacidad de acariciar.
Siento arcadas, miedo,tristeza...Las palabras se mezclan con vómitos de traición. Tus aires de grandeza me han vuelto a aplastar contra el suelo, y aunque intente trepar con todas mis fuerzas, me he vuelto a caer para siempre en tu abismo de putas y engaños.
Nunca más volveré a revolcarme en tu cama, ni volveré a besar esa boca que tantas mentiras me ha dicho. Nunca más me beberé tu piel ni tendré tu piel en cada pared de tu habitación.
Se ha vuelto a derrumbar un cielo en el que la única estrella que brillaba eras tú. Y la luna ya no aúlla por lo nuestro en mi balcón. Las noches me saben a hiel y a miradas tristes de niñas que pierden la inocencia en quince minutos.
Ya nunca más seré tuya y tú para siempre serguirás siendo de todas.
Y ahora corro para siempre la cortina de humo que hubo entre los dos desde hace cinco años.
Porque nunca te tuve realmente y yo siempre estuve a tu lado en cuerpo y alma.

¿De qué me sirve?

¿De qué me sirve llorar? Las lágrimas no sirven para nada. Un momento se calma mi corazón y mi ánimo lo altera de nuevo...
¿De qué me sirve soñar contigo? Si ya nunca más voy a tenerte, no volveré a besarte ni a respirar tu aire...
¿De qué me sirve echarte de menos si tu no me recuerdas? ¿De qué vale imaginarmelo todo contigo? Si lo único que puedo hacer es realizar mis ilusiones con otros que se asemejen a lo que yo quiero de ti.
Ya nunca más volver a verte...eso me parte en dos el alma...Nunca más volver a sentirte tan cerca de mi que casi podíamos ser una sola persona.
Y ahora, ¿quién me volverá a coger después de que por cuarta vez me hicieras trizas? ¿Quién tendrá la paciencia y la decencia de moletarse en conocer cómo soy realmente?
Ni si quiera puedo odiarte.
No puedo llamarte amigo porque no lo somos...Fuiste lo más importante en su momento...
Lo siento, pero te quiero.

Solo quiero escapar.
Gritar en medio del silencio que construyes para los dos.
Encerrarme en la cárcel de tus brazos y tirar la llave a un estanque sin fondo.
Andar descalza por las aceras cuando llueve y que corras hacia mi para abrigarme con tu calor.
Revolcarme por un campo de cristales rotos por verte sentado junto a mi una noche más.
Regalar mis palabras al viento para no volver a estropearlo todo.
Coger un autobús que no tenga destino...y que nada tenga fín. Que nunca vuelva el pasado a nuestras mentes y que no venga el futuro. Que todo se quede así, los dos desnudos para siempre. Tu tumbado hacia arriba, mientras yo te cubro de besos. Tú mirando hacia mi lado, buscando mis ojos.
No quiero nada más.

Mariposas

No sé a qué vienen ahora estás mariposas...Rompiéndome el espacio que había dejado para albergar la nada en mi vida. Para escuchar el silencio de los pasos de la gente por la calle...
No sé por qué vuelve, rompiendo la soledad de mis días y trayendome otra vez la ilusión por cada minuto de mi tiempo...
Revolotean en mi estómago y mueven mi corazón con sus pequeñas alas de humo efímero azul. Hacen que mi alma reviva y que los latidos sean fuertes...
A veces las quisiera atrapar y encerrar en una cajita para que no volvieran a molestarme nunca más. Para que no volvieran a hacerme daño ni a convertirme en una payasa en tu circo de títeres.
Pero ellas escapan a todo, me esquivan en lo malo y se crean su propia fortaleza en mi interior...
Son escurridizas como tus caricias a veces y me pinchan la piel como tus palabras esquivas, cuando no quieres saber el futuro.

Amante.

Cuando estoy desnuda, no soy yo. Somos mi cuerpo y yo.
Soy las paredes de tu habitación que albergan mis suspiros y tu aliento. Soy las sábanas donde nuestras piernas se enredan.
Cuando estoy desnuda, no hay un "yo", sino un "nosotros". Nosotros solo somos "nosotros" si estamos juntos. Pero nos desvanecemos de nuestros personajes cuando salimos a la calle.
Entonces yo soy alguien y tú eres todo.
Pero en cuanto entre en tu habitación, volverá a empezar el juego: los dos seremos alguien que busca un abrazo. Un amigo a quien hablarle o el pasado que recordar. O una amante eterna, que busca las sonrisas que perdió un frio diciembre...