
¡Qué pequeños somos todos!
nadie es más que nadie en este mundo. Ni si quiera el que tiene 10 casas y 10 ferraris. No es más que el mendigo que duerme entre cuatro cartones duros en una esquina de la calle.
Somos como hormigas. Ningún ser humano es capaz de diferenciar a una hormiga de otra. Todas corren afanosas, con sus cuerpecillos pequeños y negros. Ninguna es más gorda que la otra ni tiene más grano que su vecina.
Y el ser humano debe de ser algo así visto por otro ser más grande que nosotros. Somos hormigas realmente. Todos iguales, aunque nos empeñemos en ser diferentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Díme cómo ves el mundo...