La noche me desvela, me abre los ojos.
Me despierta con tazas de café imaginarias.
Me destapa y me deja al frío.
Me emociona, me hace pensar, me hace zombie y sonámbula.
Hace de los tablones de mi cama, una trinchera contra las pesadillas.
Me envuelve en su delirio de fantasía y me sirve la locura en bandeja de plata.
La noche no deja que me duerma, para que nunca pueda descansar mi espíritu.
Me destruye la razón y me hace imaginar historias.
Se inventa sueños cuando estoy despierta y realidades cuando estoy dormida.
Y nunca me deja recordar los sueños que tuve, cuando llega la mañana.
La noche me dibuja mil tipos de monstruos en la pared.
Transforma las sombras y me mantiene alerta.
Me trae todas las cosas feas, con las que soñaba cuando era niña.
La noche me asusta, si duermo sola ( y de momento no tengo le tengo siempre en mi cama).
La noche no me deja más que estar en insomnio. Y yo no quiero nunca que llegue la noche si estoy sola.
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