EL PINTALABIOS ROJO SANGRE DE MARÍA(I parte)

-Quiero una barra de labios.
-¿De qué color?
-Roja. De color rojo sangre.
-¿Rojo sangre? Es un color muy chillón para el color de tu piel. Te iría mejor un color rosa , que iría bien con tu tez blanca. Tenemos muchos tonos rosas. Este año es lo que más se lleva. Te los puedo enseñar.
-No quiero una barra rosa. La quiero roja. El rojo más chillón que tengas.

Deespués de pasar por la perfumería, camina con paso ligero atravesándo las calles con los semáforos en rojo.
El vuelo del vestido se va inclinando hacia los lados con el contoneo de su cintura. María mira su reloj con gesto de preocupación. No llegará a su cita. Camina con gesto de preocupación. No llegará a su cita. Camina más deprisa y sus tacones se van doblando, bao la rapidez de sus pasos.
En diez minutos ya ha pasado por la recepción y se dirige hacia la habitación. Cuando está metiendo la llave en la cerradura, Victoria la detiene, mientras la mira con el ceño fruncido:
-Sabes que a y media has quedado con Don Gregorio. ¿A qué esperas para prepararte? Un solo retraso más y te vas a la calle.

María baja la cabeza y entra en su habitación. de frente un pequeño lavabo con un espejo pegado a la pared, justo encima y un taburete que sirve junto al lavabo, formando una especie de tocador improvisado.
En el pequño lavabo, restos de maquillaje manchan la cerámica blanca. Junto a la jabonera, un pequeño espejo con restos de cocaína. Y a un lado de la habitación, la cama: cuatro patas de hierro que conectan con un cabecero que empieza a oxidarse. Y el colchón: una fina capa mullida que María se clavaba en la espalda cada vez que trabajaba.
Se desnudó, se duchó, se maquilló y se colocó. Y después, se miró detenidamente al espejo. Una larga melena negra y rizada le caía hasta el pecho, los ojos pintados de color carbón y los labios rojos.
Rojo sangre.